decir, motivarlos para que participen y se interesen por la lectura, desde los cuentos
que encontramos en la biblioteca del aula, hasta la escritura de carteles creados para
alguna actividad en concreto, conociendo las características de cada uno de los
diferentes textos que existen, aprovechando la infinidad de situaciones que llevan de
forma natural a usarlos, cuyo sentido viene dado por las necesidades propias del
quehacer cotidiano. Por lo tanto, a partir de las posibilidades y vivencias que se pueden
dar en el aula crear situaciones que favorezcan el diálogo y permitan al niño conocer la
funcionalidad del lenguaje escrito en diversas actividades cotidianas.
Con esta particular propuesta de la enseñanza de